viernes, 26 de abril de 2013

ESCLAVITUD Y RELIGION


En el antiguo testamento el termino aparece regulado en el Levítico (aprox. 1.200 a. de C.) donde se puede confundir al esclavo con el siervo.

Se diferencia claramente al esclavo que: siendo extranjero se encuentra en manos de un judío, (Lv 25-44) en cuyo caso se consideran una propiedad, por lo que se puede comprar o vender, así como a sus hijos, e incluso pasan a formar parte de la herencia, no teniendo opción a rescate por parte de su familia sino solo a compra si el dueño así lo considera.

En cambio si un extranjero (en un habiente judío) tuviera a un esclavo judío (normalmente por motivo de deudas o condenado por un delito) este, aunque con las mismas condiciones que en el caso anterior, tiene el privilegio de que pude ser rescatado por su familia o incluso por sus recursos propios, consiguiendo así la libertad, aun contra la voluntad del dueño. (Lv 25,47-49).

Diferente es el caso de un judío, propiedad de otro judío (normalmente por las mismas circunstancias que en el caso anterior) en este caso (Lv 25,36-41) tiene categoría de siervo y sus condiciones de trabajo están mas reguladas y suavizadas. De cualquier forma su cautiverio solo se prolonga hasta el siguiente “jubileo” (fiesta judía que se celebra cada 50 años) y a partir de la cual será libre (él o sus hijos) sin ninguna compensación económica.

El Éxodo (Ex. 21,1-3) en cambio suaviza este último periodo limitándolo a siete años, trascurrido el cual saldrá libre junto con su familia, y establece el ritual a seguir en caso de que el esclavo decida continuar, esta vez de forma definitiva, en esta condición.

En el pensamiento cristiano: el concepto como tal no aparece en ninguno de los evangelios aunque si el termino, como referencia a la relación del una persona con Dios, Ejem. “Esclava del Señor(Lc 8,33) lo cual es llamativo pues si bien la relación subordinada de un judío hacia otro se denominaba servilismo, si era frecuente la relación de esclavitud dentro del pueblo romano con los que convivían.

Vuelve a prestarse a confusión la diferencia entre siervo o esclavo en la Parábola del Siervo sin Entrañas (Mt 18, 23-35) en ella, un señor amenaza a uno de sus siervos con venderlo, así como a su mujer y a sus hijos, por un asunto económico, lo cual refleja una situación de absoluta posesión por parte del amo, mientras que por otro lado el mismo Mateo en (8, 5-13) explica como un centurión romano ruega a Jesús que salve la vida de uno de sus siervos “No soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra bastará para sanarlo” en un fragmento de refleja una situación casi familiar entre ambos.

Una extraña ausencia a los esclavos o siervos se produce en las Bienaventuranzas de la Parábola del Sermón de la Montaña (de Mt 5, 3-12), donde hace referencia por ejemplo a los pobres, hambrientos y otros que sufren por diferentes motivos.

Si esta explícitamente aceptada la relación de esclavitud en las cartas de San Pablo, en las que en varias ocasiones exige sumisión al esclavo: “Todos los que estén bajo el yugo de la esclavitud consideren a sus dueños como dignos de todo respeto” (1 Tim 6, 1) e incluso parece aceptar esta situación como parte de las enseñanzas cristianas “Que los esclavos estén sometidos en todo a sus dueños, que sean complacientes y no les contradigan; que no les defrauden, sino que muestren una fidelidad perfecta para honrar en todo la doctrina de Dios nuestro Salvador” (Tit, 2 9-11)

San Pablo es también muy estricto en cuanto al trato que el esclavo debe recibir de su amo en algunas cita en las que a un nivel espiritual sitúa en el mismo plano.

Amos, obrad de misma manera con ellos, dejándoos de amenazas; teniendo presente que está en los cielos el amo vuestro y de ellos, y que en él no hay favoritismos” (Ef. 6,9.

Al amo que obre injusticias se le devolverá conforme a esa injusticia; que no hay favoritismos” (Col 3,25)

También deja claro, al menos en un par de ocasiones, la aceptación de los esclavos dentro del cristianismo:

¿Eras esclavo cuando fuiste llamado? No te preocupes. Y, aunque puedas hacerte libre, aprovecha más bien tu condición de esclavo.”

Por otra parte en la Carta a Filemón. (1, 12-16) solicita sutilmente a este la liberación de un esclavo (llamado Onésimo) que ha aceptado el cristianismo.

En el Coran: si bien se acepta sin cuestionar el concepto de esclavitud, si se establecen ciertas jerarquías y comparaciones con los hombres libres, así en la Sura 2,221 dice “No os caséis con asociadores (no musulmanes) hasta que no crean. Un esclavo creyente es mejor que un asociador, aunque éste os guste más”

Además regula sus condiciones de vida intentando suavizar las condiciones en las que sus amos pueden disponer de ellos, como por ejemplo aparece en el Sura 24,32 donde dice “casad a aquéllos de vosotros que no estén casado y a vuestros esclavos y esclavas honestas” .. “ si vuestras esclavas prefieren vivir cástamente no las obliguéis a prostituirse para procuraros los bienes de la vida de acá. Si alguien les obliga, luego de haber sido obligadas, Dios se mostrará indulgente”; considerando el buen trato, e incluso la liberación de esclavos una de las mejores obras a los ojos de Dios “¿y como sabrás lo que es subir la cuesta? Es manumitir (liberar) a un esclavo, alimentar a un pobre en tiempo de hambre a un pariente próximo huérfano, a un pobre en la miseria” ,12-16de hecho el termino Manunisión (Liberación) es repetido varias veces en El Libro como obra muy meritoria e incluso como parte de una penitencia o compensación por algún acto:

Extended la escritura (liberar) a los esclavos que lo deseen si recocéis en ellos bien, y darles de la hacienda que Dios os ha concedidoSura.24,33

Un creyente no puede matar a otro creyente, a menos que sea por error, Y quien mate a un creyente por error deberá manumitir a un esclavo creyente y pagar el precio de sangre a la familia de la victima, a menos que ella renuncie al mismo . . . Y si la víctima era creyente y pertenecía a gente enemiga vuestra, deberá manumitir a un esclavo creyenteSura 4,92

Quienes repudian a sus mujeres . . . deben antes de cohabitar de nuevo, manumitir a un esclavoSura 58,3

Es los escritos del Báb: esta palabra solo es utilizada de forma metafórica como condición del hombre en determinadas circunstancias, como por ejemplo ante Dios o ante el pecado, pero no en el sentido estricto que aquí tratamos

En los escritos Bahá’ís: Bahá’u’lláh la prohíbe expresamente la esclavitud en el Kitab-i Aqdas (Punto 72) donde dice “Os queda prohibido comerciar con esclavos y esclavas. No corresponde a quien es él mismo un siervo comprar a otro de los siervos de Dios y tal conducta ha sido prohibida” Además en La Proclamación de Bahá’u’lláh se reproduce una carta escrita a la Reina Victoria donde dice “Hemos sido informados de que tú has prohibido el comercio de esclavos, tanto de hombres como de mujeres. Esto, en verdad, es lo que Dios ha ordenado en esta maravillosa revelación

Shoghi Effendi también verifica su prohibición en el prologo del libro La Sabiduría de ‘Abdu’l-Baha donde hace una relación de normas de obligado cumplimiento dentro de la Fe Bahá’í


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