Mateo 24:37
Noé que en hebreo significa el deseado o el consuelo, aunque también se relaciona con el termino viñador en relación con su ocupación después de su salida del arca, fue hijo de Lamec, nieto de Matusalén y biznieto de Enoch quien profetizo a Moisés, y según el Génesis fue la única persona hallada justa dentro de una humanidad sumida en el pecado y llena de violencia, por lo que fue llamado a ser el único superviviente (junto con su familia) del diluvio universal y por lo tanto a repoblar la tierra con una nueva estirpe a través de sus hijos Sem, Cam y Jafet según se explica en el capitulo 10:1 del libro bíblico así como en “La Tabla de las Naciones".
Según el Génesis, Dios arrepentido de su creación, dado el estado de la humanidad, decide erradicarla, pero antes indica Noé que advierta a los hombres para que se arrepientan, lo cual hace durante 120 años sin resultado, tras los cuales le pide que, junto a su familia, construya un arca, para lo que le da unas instrucciones muy concretas, en un lugar desértico, lo cual es causa de burla por sus vecinos.
Una vez terminada, 40 días de lluvia continua inundan la tierra ahogando a todo ser vivo con exección de los hombres y animales refugiados en el arca. Al cabo de un tiempo, una paloma soltada a modo de prueba, regresa con una rama de olivo en el pico (prueba de que ya hay tierra seca). Una semana después vuelve a soltarla y en esta ocasión no regresa, y un mes mas tarde el arca encalla sobre las cimas del monte Ararat. A su llegada Dios hace un pacto (convenio o alianza) con él, en el que se compromete a no volver a enviar un diluvio, poniendo como prueba de ello el arco iris.
Al establecerse en tierra, se ocupa de labores de agricultura y en una ocasión se embriaga con el vino de una de sus viñas y es encontrado por su hijo Cam el cual se mofa de su estado (según versiones hebreas comete abusos contra su cuerpo), por lo que al saberlo pronuncia una maldición sobre sus descendientes, que se entiende cumplido con el destino que sufre el pueblo de los Cananeos (descendientes de Cam)
Muere según el Génesis trescientos cincuenta años después del diluvio a la edad (bíblica) de novecientos cincuenta años, no teniéndose referencia de su lugar de enterramiento.
En las escrituras hebreas: Noé no es considerado un profeta (en términos hebreos) puesto que solamente obedece las instrucciones de Dios, sin aportar una doctrina diferenciada.
En textos cristianos: es reconocido como “Profeta” y ejemplo de obediencia siendo citado en el Evangelio de Mateo (24, 379 y en la Carta de San Pablo a los Hebreos (11,76). Pedro lo cita en su primera y segunda carta, condierándolo no solo un hombre justo sino un instrumento de la justicia divina y un enviado para avisar a los hombres de sus errores.
En el Coran: Se le reconoce como mensajero (profeta) repitiendo y explicando le episodio del diluvio y su significado tal como aparece en el Éxodo (ver también la versión del Libro de Enoc).
Tambien es citado repetidamente en diferentes suras:
Sura de los lugares elevados (7:59)
Sura de Jonas (10:70
Sura de Hud (11:25)
Sura de los Profetas (21:76)
Sura de los Creyentes (23:20)
Sura de los Poetas (26:105)
Sura de la Araña (29:14)
Ademas de dedicarle un sura completo, el Sura de Noé (Sura 71)
En los textos babies “Selección de los Escritos del Báb” lo nombra en la relación de mensajeros que aparece en texto 4 o “Dalá'il-i-shab`ih” (Tabla de las Siete Pruebas) situándolo entre Adán y Abrahán.
En los escritos bahais: Bah à’u’lláh, En “Pasajes de los Escritos” lo nombra en el párrafo XXII en una mención a la unicidad de los profetas, donde cita el Coran diciendo “Yo soy todos los profetas". Asimismo, dice: "Soy el primer Adán, Noé, Moisés y Jesús” (texto que se repite en el Kitab-i-Igan y según menciona en este libro, declaraciones semejantes realiza en su tiempo el Imán Ali) y mas tarde en el Pasaje XXXV, vuelve a hacer una referencia a la versión coránica del diluvio en la que un hijo de Noé se niega a subir al arca cuando esta parte.
'Abdu'l-Bahá, en el capítulo 11 de “Contestación a unas Preguntas”, hace una distinción entre la parte intemporal y cambiante de las distintas revelaciones, nombrando a Noé en su relación de profetas, citándolo ademas en los capítulos 30 y 57.
De la misma forma aparece en “Promulgación de la Paz Universal” charlas 111 y120
En “Luces de Guía” párrafo nº 1659 Shoghi Effendi explica que su edad no puede contarse por años tal como los contamos nosotros, no dando otra explicación al respecto.
Especialmente curioso es el párrafo que aporta Shoghi Effendi en el prefacio a su traducción al inglés de el Kitáb-i-Iqán donde dice “Uno de los Profetas fue Noé. Durante novecientos cincuenta años exhortó suplicante a Su pueblo, convocándole hacia el refugio de seguridad y paz. Sin embargo, nadie atendió a Su llamado. Día tras día causaban a Su bendita persona tanto dolor y sufrimiento, que nadie creía que pudiese sobrevivir. ¡Cuántas veces Le zahirieron, con qué malevolencia insinuaban sus sospechas contra Él! Así se ha revelado: "Y cada vez que pasaba ante Él un grupo de Su pueblo, se mofaba de Él. Y a ellos les decía: Aunque ahora os mofáis de nosotros, nos burlaremos de vosotros después, tal como os burláis de nosotros. Pero al final ya sabréis'".3 Mucho después hizo varias promesas de victoria ante Sus compañeros y fijó un plazo para su cumplimiento. Mas cuando llegó la hora, la promesa divina no se cumplió. De ahí que algunos de Sus pocos seguidores se alejaran de Él, tal y como de ello dan testimonio los libros más conocidos. A buen seguro los has leído; si no, indudablemente los leerás. Por último, conforme se refiere en los libros y tradiciones, tan sólo permanecieron junto a Él cuarenta o setenta y dos de Sus seguidores. Hasta que por fin, desde lo más profundo de Su ser, exclamó Noé: "¡Señor, no dejes sobre la tierra ni un solo habitante de entre los infieles!"4